Ser estudiante en ambientes virtuales de aprendizaje


La evolución de las modalidades educativas.



En un principio, los sujetos se formaban para la vida dentro de su propia comunidad, posteriormente la instrucción paso a manos de los maestros en los talleres, gremios en los que se guardaban las memorias, otorgando poder sobre los demás sujetos.



Con el arribo de la imprenta se crearon escuelas, liceos y universidades en donde se adiestra a los trabajadores bajo un sistema educativo curricular que es definido por el poder, desvalorizando el saber cotidiano de la comunidad, memorizando sin cuestionar.



La sociedad industrial de los finales del siglo XVIII y principios del XIX, dio paso a la sociedad de la información.



En el siglo XX, las escuelas se replantean su sentido y surgen nuevas modalidades, que buscan resolver problemas concretos, recuperando y valorando los saberes cotidianos y de la comunidad, resulta necesaria la mano de obra calificada, surgiendo la enseñanza por correspondencia, grabaciones sonoras y visuales, la palabra escrita, la radio y la televisión.

  

Ser estudiante en ambientes virtuales de aprendizaje.



La educación en línea nos coloca en una sociedad de aprendizaje en ambientes virtuales como medios de educación con amplias posibilidades, al manejar y utilizar las tecnologías de la información y comunicación, con la creación de escuelas virtuales, donde es necesario que los sujetos adquieran nuevas habilidades y competencias, que requieren un compromiso serio con uno mismo.



Transitando de una dinámica tradicionalista en donde el alumno está habituado a que le digan de qué manera realizar las tareas (qué, cómo, cuándo, dónde, con qué) a un entorno virtual en donde el estudiante adquiere competencias para un aprendizaje autónomo, en donde gestiona su propio aprendizaje.



Por lo que es necesario que el docente disminuya los obstáculos de un entorno virtual, contribuyendo a la resolución de dudas y convirtiendo en áreas de oportunidad el aprendizaje.



El estudiante en línea adquiere un papel protagónico dentro del proceso educativo, que le otorga libertad y autonomía, además de hacerlos responsable de su aprendizaje (aprendiendo a aprender) poniéndose sus propios límites, adaptándose a nuevas circunstancias, explorando y generando más conocimiento con una actitud crítica y creativa, influyendo de manera positiva y gestionando el aprendizaje autónomo.



Transitando de una guía de la enseñanza del docente, a la confianza del estudiante en si mismo, responsable de su aprendizaje, contraponiendo con sus actitudes y destrezas la educación tradicional.



El verdadero aprendizaje, es apropiarse del conocimiento.



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